Danzando, meditamos de una forma activa y facilitamos la apertura del corazón.
El objetivo es unificar cuerpo, psique y espíritu dentro de uno mismo, y también sentirse unificado con el grupo y con el universo entero.
A través de las danzas nos relacionamos comunitariamente estableciendo lazos de solidaridad y uniendo la familia humana. Todos aprendemos y contamos con todos, tomando conciencia de grupo y unidad.
La danza circular es fundamentalmente meditación en movimiento. Meditar es estar con uno mismo. Muchos son los caminos que nos llevan hacia nuestro propio interior a la vez que nos conectan con lo Infinito. Meditar es estar conscientes, alertas, sin que exista un método único para lograrlo. Esto es lo que nos ocurre cuando danzamos en círculo.
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