Grupo de Meditación

Abierto a todas las personas que quieran participar. Compartiremos conocimientos, experiencias y un espacio de silencio a través de la meditación y el trabajo con las nuevas frecuencias energéticas.

Dinámica

Espacio para el desarrollo interior, con diferentes temas, terapias, conocimientos... siempre con la intención de crecer y evolucionar con ello.

Espacio de meditación. Sin practicar una técnica concreta (Vipassana, zen...) mantenemos unos principios básicos de relajación, concentración, la respiración, como base para entrar en la meditación.

Sesión de yoga para preparar el cuerpo y la mente, antes de la meditación

La sesión, especialmente pensada para lo que vamos ha hacer, consiste en:

 - suaves estiramientos que nos ayuden a abrir y a soltar el cuerpo,
- técnicas de respiración consciente para aflojar también la mente,
- repetición de mantras que nos armonicen con el ser interno,
- visualización creativa, una poderosa herramienta para alcanzar nuestras metas, personales y planetarias.

Estas son algunas claves que nos guían a un estado de silencio y escucha interno, de paz, bienestar, y de conexión que es la meta del yoga y la disposición para entrar en una práctica de meditación con ánimo positivo y atención consciente.

Oración - Meditación


"Cuando rezas estás hablando con Dios
Cuando meditas, estás oyendo a Dios"

La oración es la manera en que un ser humano entra en contacto con Dios, como enseñó Jesús es la elevación del alma hacia Dios.

Practicaremos la meditación enseñada por el maestro de reiki Mikao Usui "Meditación Gasso", significa dos manos que se juntan unidas en oración.

Con la oración conversamos con Dios que habita en nuestro interior, como enseñó Jesús: es una elevación del alma. El ser humano va hacia Dios y Dios entra en nosotros. Es como el viento que lo sentimos, pero no lo vemos.

Una de las funciones es estimular las ideas y volverlas creadoras. La oración penetra en el subconsciente que es la sede que determina que las actitudes se hagan realidad. Platón decía: " que lo mejor que podía hacer el ser humano para ser feliz era la súplica y la oración constante".

La oración aleja los pensamientos, sentimientos y críticas, nos acerca a un estado meditativo en el cual Dios puede comunicarse con nosotros. La verdadera oración es de gratitud y amor, es necesario que deseemos alcanzar el contenido que pedimos, que no demos pautas a seguir, él conoce nuestras necesidades pero nosotros también tenemos que conocernos para cambiar nuestra realidad. En los templos griegos ponía: "conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses". Pide lo que quieras pero prepárate para lo que Dios te dé. El maestro Jesús dijo: "Recibirás de acuerdo con tu fe".

MEDITACIÓN GASSHO

Gassho significa dos manos que se juntan unidas en oración. Esta meditación la enseñó por el maestro Mikao Usi.

A cada uno de los dedos de las manos le corresponde y tiene condiciones de canalizar por los dedos energías correspondientes a los cinco elementos de la naturaleza.


- El pulgar le corresponde el elemento fuego, chacra del plexo solar.
- Índice: elemento aire, chacra frontal (responsable de la intuición en coordinación con el chacra corazón).
Anular: elemento tierra, chacra básico.
- Y meñique: elemento agua, chacra umbilical.

Las manos juntas pueden situarse en los chacras. Por ejemplo en el laríngeo nos ayudará en la comunicación no sólo en este mundo si no en el espiritual. El maestro aconsejaba la concentración en el dedo medio que activa la intuición atreves del chacra frontal que está ligado al elemento eter.

La espalda recta, permitiendo que la energía fluya, los ojos cerrados, hacer tres respiraciones profundas mantener las manos relajadas y unidas con los dedos hacia arriba y focalizar donde los dedos medios se tocan. El tiempo optimo de 15 a 30 minutos.

Después o en otro momento, pero a diario, el maestro aconseja recitar los cinco principios:

1. No te enfades.

2. No te preocupes.

3. Expresa tu gratitud.

4. Sé aplicado y honrado en tú trabajo.

5. Se amable con los demás.

Toda palabra tiene su efecto, somos aquello que hacemos repetidamente.


"Aprende las reglas para saber romperlas de la manera más apropiada"

Prepararte para meditar, danzando

Danzando, meditamos de una forma activa y facilitamos la apertura del corazón.

El objetivo es unificar cuerpo, psique y espíritu dentro de uno mismo, y también sentirse unificado con el grupo y con el universo entero.


A través de las danzas nos relacionamos comunitariamente estableciendo lazos de solidaridad y uniendo la familia humana. Todos aprendemos y contamos con todos, tomando conciencia de grupo y unidad.

La danza circular es fundamentalmente meditación en movimiento. Meditar es estar con uno mismo. Muchos son los caminos que nos llevan hacia nuestro propio interior a la vez que nos conectan con lo Infinito. Meditar es estar conscientes, alertas, sin que exista un método único para lograrlo. Esto es lo que nos ocurre cuando danzamos en círculo.

Los Diez Movimientos Conscientes (Maestro Zen Thich Nhat Hanh)

Hay una manera de moverse que es impensada, inconsciente y dormida y otra forma que es consciente, en la que uno se da cuenta de su propio cuerpo y del presente. La consciencia en el movimiento es un pilar fundamental de la meditación zen y de la vida espiritual.

Antes de empezar, puedes hacer unos ejercicios de calentamiento suave: gira la cabeza en todos los sentidos, mueve el cuerpo suavemente... Los diez ejercicios hay que hacerlos despacio, siguiendo el ritmo de tu inspiración y espiración. Durante los ejercicios busca la respiración abdominal: al inspirar el vientre avanza, al espirar retrocede. La respiración final es diferente.

Primero repite cada ejercicio varias veces según tu capacidad. Cuando hayas acabado los diez, vuelve a realizarlos desde el principio una sola vez, uniendo un ejercicio con otro de manera fluida, relajada. Y recuerda, sobre todo… ¡disfruta! Posición de inicio. Las piernas separadas a la altura de los hombros, las rodillas algo flojas, no rígidas. Inspira y espira varias veces concentrándote en la respiración.

1. Extiende ambos brazos, con las palmas hacia abajo, hasta la altura de los hombros; luego bájalos. Al alzar inspira, al llegar a la altura de los hombros estira los brazos hacia adelante, como queriendo tocar algo, y al descender espira.

2. Alza ambos brazos hasta el cielo, con las palmas mirándose la una a la otra. Al alzar inspira, cuando llegues arriba estira los brazos desde los hombros hacia el cielo, al bajar espira.

3. El loto que se abre. Pon la punta de los dedos sobre los hombros. Inspira abriendo los brazos hacia los lados, abriendo tu caja torácica; espira trayendo de nuevo los dedos sobre los hombros.
4. Imagina que tienes pinceles en las manos y que pintas grandes círculos laterales. Haz los círculos primero en un sentido, luego en el otro. Inspira cuando eleves los brazos, espira al bajarlos. Acompaña el movimiento con estiramiento.
5. Gira el tronco primero hacia un lado y luego hacia el otro. Nota cómo se va estirando el cuerpo, siente cómo cambia el peso de una pierna a otra. Inspira al hacer el medio giro por atrás, espira al hacer el medio giro por delante.
6. Agáchate hacia el suelo como para coger algo. Las rodillas deben estar flojas, la cabeza suelta. Haz con las manos el gesto de coger algo pesado. Levántalo hasta la altura del rostro, y empújalo hacia el cielo. Baja las manos hasta el rostro y dóblate de nuevo como para recoger algo del suelo. La respiración es como sigue: desde abajo inspira hasta que las manos llegan a la altura de la cara, y desde ahí hasta que las llevas al cielo espiras, empujando hacia el cielo. Vacía tus pulmones arriba. Coge aire mientras bajas los brazos hasta la cara, y de ahí hasta el suelo espira hasta vaciarte cuando estés agachado.
7. Junta los talones y pon los pies en V. Con las manos en la cintura, ponte de puntillas y, sin bajar los talones, intenta plegar las rodillas. Sube de nuevo y sin bajar los talones vuelve a plegar las rodillas. La espalda debe permanecer recta y sin tensión. No hace falta bajar hasta los talones, cada cual bajará según su capacidad pero es importante que la espalda esté derecha. Espira al bajar, inspira al subir.
8. Eleva una rodilla lo más posible manteniéndote firme sobre el otro pie. Extiende el pie hacia adelante como si señalaras hacia algo. Vuelve a elevar la rodilla y baja el pie hasta el suelo. Repite con cada pierna antes de cambiar. Inspira al elevar, espira al estirar.
9. Haz círculos con la pierna estirada. Inspira en la primera mitad del circulo, espira en la segunda mitad. Nota todo el trabajo que se realiza en espalda, glúteos y pierna. Haz primero varios círculos con una pierna, luego cambia a la otra pierna. Después haz círculos en el sentido contrario.
10. Da un paso amplio hacia un costado, cuidando que el pie que avanza mire hacia delante y que el pie de atrás esté orientado en un ángulo de 45º hacia delante. Dobla la rodilla extendiendo el brazo del mismo lado hacia el cielo. Retrocede a la posición inicial. Inspira al extender, espira al recoger. En este ejercicio se estira todo el costado.

Reposo.

Haz diez respiraciones con la parte alta del pecho. Nota que al inspirar el vientre retrocede y avanza al espirar. De esta manera empujamos la energía hacia el suelo.

Esta információn se ha sacado del blog de la Shanga española de la tradición zen del maestro Thich Nath Hanh