La agricultura biodinámica se basa en la antroposofía, una filosofía holística de origen teosófico, desarrollada por Rudolf Steiner, que abarca la influencia del cosmos en el hombre, plantas y animales.
La agricultura biodinámica se basa en la antroposofía, una filosofía holística de origen teosófico, desarrollada por Rudolf Steiner, que abarca la influencia del cosmos en el hombre, plantas y animales.
El término “biodinámica” proviene del griego bios (vida) y dynamis (energía) y significa que este método trabaja en armonía con las energías que crean y sostienen la vida, buscando la correcta relación entre el hombre y la tierra.
El sistema biodinámico ve la tierra como un organismo vivo, en el cual influyen directamente los efectos de las fuerzas cósmicas, la llamada energía Yang de la filosofía taoísta.
El método más antiguo de agricultura ecológica, llamada también orgánica o biológica, es el sistema biodinámico. Se comenzó a desarrollar en Alemania a partir del año 1924, cuando Rudolf Steiner ocho conferencias sobre el tema. De estas conferencias existen transcripciones en un libro que se llama Curso en Agricultura Biodinámica.
En la agricultura orgánica queda muy clara la vasta cadena de vida e interacción que hay detrás de la planta: desde los animales, insectos, pájaros y otros vegetales hasta los microorganismos que se encuentran en el suelo. Todos, en conjunto, ayudan a cada planta a asimilar mejor los sutiles aspectos que la componen como tal. Sin embargo, la agricultura biodinámica va más allá, ya que además de los factores antes mencionados también considera que la planta está ligada a la expresión de un sistema solar y planetario que tiene especial incidencia en toda la vida que se desarrolla sobre la Tierra.
Este tipo de agricultura resalta la importancia de la relación que tiene la planta con todo el sistema energético que la rodea, es decir, la conexión entre la planta y la matriz que le da la vida. La idea es trascender la relación que pueda tener la planta con los nutrientes, pues no es el aporte físico lo importante sino ese vínculo que desarrolla un proceso físico.
Walter Medina, asesor en agricultura biodinámica y profesor Waldorf comenta al respecto “lo primero que hay que entender es que esta agricultura fue pensada para servir al hombre contemporáneo para que pueda desarrollarse evolutivamente como ser humano. Como el hombre es considerado como un ser espiritual, éste debe llevar un sano desarrollo de todo lo físico. A partir de ese concepto se llega a la Agricultura Biodiná-mica, que no sólo implica la elaboración de alimentos sino que también es un correcto resguardo del medio ambiente. Es el cuidado del interior del hombre y también del exterior”.
Agricultura Convencional
La idea anterior puede sonar un poco compleja y esotérica, sin embargo, para comprenderla hay que comentar brevemente cómo y cuándo empezó la forma de agricultura que reina en estos tiempos.
En la década del 60 se incentivó fuertemente el uso de herbicidas y pesticidas, sin hacer mención a los agricultores que estos productos acabarían de forma gradual con todos los microorganismos del suelo, con el consiguiente daño en la cadena de vida. A poco andar comenzó el uso masivo de abonos químicos para enriquecer los campos, mientras que paralelo a ello, reinó el criterio de la sobreproducción, es decir, se le dio mayor importancia a la cantidad que a la calidad del producto.
“La agricultura convencional comenzó a fines del siglo XIX, agudizada a partir de 1950, periodo en que han ocurrido los más grandes desastres ecológicos. Ello a consecuencia de una gran campaña mundial de los años 60 que se llamó la revolución verde, donde la idea era producir a gran nivel y, de esta forma, seguir mal entendiendo una agricultura que el objetivo fundamental es el lucro de las empresas productoras de semillas, de agroquímicos y de los laboratorios de genética”, señala Medina.
Todos estos acontecimientos hicieron que muchos agricultores europeos entendieran la necesidad de una vuelta irreversible a una mejor comprensión de las leyes que están detrás de las fuerzas de crecimiento de la naturaleza.
Los vegetales además de los nutrientes que absorben de la tierra, también requieren luz, calor y aire para llevar a cabo sus procesos. En esa inimaginable combina-ción se crea la calidad, la armonía y la grandeza del resultado final de la planta.
Por lo tanto, es evidente pensar que existe un mundo creador de vida en forma de sistema energético, donde se manifiesta una especie de “comunión” constante entre las leyes terrestres y las leyes del universo, la cual hay que respetar y saber potenciar.
Agricultura Biodinámica
Steiner desarrolló este tipo de agricultura y la dio a conocer alrededor de 1925, en un ciclo de ocho conferencias que, posteriormente, se transformaron en un libro llamado Curso sobre Agricultura Biológico-Dinámica.
Su trabajo se basó en sus conocimientos de química y en la Antroposofía, corriente filosófica desarrollada por él mismo. Se podría decir que este tipo de agricultura es el desarrollo consciente de una relación intuitiva con la naturaleza. El suelo es considerado parte integral de la simbiosis entre el planeta y el cosmos. A esto, se suma la observación de los ciclos de la naturaleza, ya que según Steiner son las fuerzas naturales y planetarias las que ayudan al crecimiento y desarrollo de las plantaciones.
“Si hay algo que la caracteriza es la plasticidad. Cuando aplicas acciones concretas en un campo, no hay una receta única, pues depende del suelo, de todo lo que lo rodea, de las condiciones geográficas, climas, en fin, muchos parámetros. Se destaca la individualidad agrícola”, señala el especialista.
Además, para potenciar todas las acciones en un campo, Steiner entregó el conocimiento para la elaboración de ocho preparados para abonar los suelos y potenciar el crecimiento de las plantas. De éstos, dos son fundamentales: uno es a base de estiércol y el otro a base de cuarzo molido. El resto incluye preparaciones de compost hechas con hierbas como la manzanilla, la ortiga y el diente de león. Estos preparados especiales de sustancias relacionan este método de cultivo con los ritmos cósmicos y lunares.
Los Fertilizantes
En relación a los fertilizantes y control de plagas que se aplican a las plantas, el biodinamismo plantea que no deben usarse químicos, sólo organismos vivientes, ya que la tierra debe ser alimentada sólo con lo natural.
La idea es que la tierra se encuentre llena de vida y otra de las formas de lograrlo es mediante la aplicación de “compost”, una preparación que integra desechos orgánicos, que logran estabilizar y apoyar la estructura del suelo aportando nutrientes. Esto permite prevenir de manera natural las pestes, por su propia fuerza o por la fuerza unificada del ecosistema total, en que se incluyen los cultivos.
Por otro lado, la filosofía detrás de esta técnica se basa en la observación de los ciclos de la naturaleza ya que el campo es un organismo vivo y se debe respetar como tal.
“Un tomate no lo puedes plantar en pleno julio. Para que nazca, crezca y forme correctamente sus frutos tiene que estar plantado de una forma muy armónica con esos ritmos cósmicos para que el fruto se pueda formar correctamente con la influencia cósmica”, comenta Medina.
Por ejemplo, en primavera y en verano las plantas están mirando hacia arriba, porque dependen del sol para realizar su proceso de fotosíntesis; mientras que en otoño e invierno la tierra es la protagonista, ya que la fuerza de gravedad atrae todo hacia abajo, las hojas se caen y la tierra se duerme al estar concentrada en sí misma.
Como un ejemplo específico del método biológico dinámico, consideremos a la caléndula. Ésta es originaria del Norte de África y tiene una relación particular con el sol. Al igual que el girasol, la caléndula sigue el trayecto solar. Esta flor se orienta hacia el Este por la mañana, en dirección a los rayos del sol y rota durante el día, con el sol, en dirección al Oeste. Al mismo tiempo, está conectada con la intensidad del sol, cuando es muy fuerte, la flor se abre parcialmente pero cuando el sol se esconde detrás de algunas nubes, se abre de forma completa.
La caléndula es una planta que necesita mucho sol, y lo muestra con su brillante flor dorada. Esta conexión con el sol influye en los atributos y cualidades de la planta, que puede ser usada para varias terapias curativas.
Por otra parte, en la Agricultura Biodinámica las plantas son cosechadas a mano, la cual es una labor que requiere un cuidado e intensidad muy importante pues otorga una calidad mucho más elevada que las cosechas realizadas con máquinas.
Este tipo de agricultura existe en Chile hace unos diez años, sin embargo, son esfuerzos aislados que aún no han dado sus primeros frutos. Sin embargo, entre el 23 y el 27 de abril de 2008, se realizó en Curacaví un encuentro de agricultores biológicos del Cono Sur, que se espera le dé un impulso a esta tendencia en nuestro país.
Fuente: http://www.mundonuevo.cl/blog/articulos/la-agricultura-biodinamica/
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